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Reciclaje de Metales no Ferrosos en Argentina (2022)

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El reciclaje de metales no ferrosos ha alcanzado en el presente un lugar supremamente importante dentro de la industria de insumos para la construcción. Vivimos en un mundo en donde la reutilizabilidad se vuelve un factor fundamental a la hora de fabricar materiales que sean económicos, pero que no representen un desgaste natural para el medio ambiente. La finitud de los recursos minerales es una realidad que se hace cada vez más cercana y que nos obliga a replantearnos los modelos de producción, trabajo y factibilidad a largo plazo. 

Ante estas problemáticas, desde Aymet sabemos que el reciclaje de metales no ferrosos se presenta como una alternativa muy interesante para conseguir materiales baratos y duraderos. Conocemos estas posibilidades porque trabajamos recogiendo y reciclando la chatarra de nuestros clientes y hemos logrado ver el enorme potencial en el reciclaje de metales no ferrosos. Sobre todo porque los costos de los mecanismos implicados son cada vez más bajos. Además, la calidad del producto reciclado no dista prácticamente en nada de los originales. 

Actualmente, utilizar recursos reciclados no es la engorrosa tarea de hace unos años. Su acceso se ha simplificado y la demanda por el producto aumenta, lo cual ha agrandado su potencial de distribución. Elegirlo implica contar con las mismas garantías estructurales de los metales ordinarios, pero con la consciencia de ser responsable con el medio ambiente y reducir la imprenta de carbono que la aleación inicial genera.

reciclaje de metales no ferrosos

Aymet; metales reciclados de alta durabilidad y optimización en el reciclaje de metales no ferrosos

Afortunadamente, las propiedades metálicas de los metales no ferrosos (que carecen de hierro) son propicias para atravesar distintos procesos de derretimiento.  Entre los metales no ferrosos, más especialmente el níquel, el cobre, la plata, el estaño y el aluminio, la densidad molecular es resistente a temperaturas mucho mayores que las de los metales ferrosos. Esto permite que sean recicladas no solo una sino varias veces y que sus diseños sean mucho más dinámicos y específicos. 

Los procesos de reciclado de metales no ferrosos a nivel mundial son cada vez más numerosos y exitosos. Tomemos el caso de Brasil. En el país vecino casi el 98% de los recipientes hechos de aluminio se reciclan cada año. En Argentina, más o menos el 40 % del aluminio utilizado en latas, barriles o gabetas proviene de lo que comúnmente se denomina chatarra.

Reciclar también es una decisión económicamente sensata, ya que usar materiales ya extraídos, incluso para metales como el aluminio, que es bastante omnipresente, es más barato que volver a extraerlos. De hecho, los números muestran que, en algunos casos, incluso es posible ahorrar hasta un 95 % de los costos de energía si se elige el reciclaje como el principal método de producción de aluminio.

Proceso de Reciclaje de Aymet

Primero que nada, el reciclaje tiene que tener un proceso de filtrado. No todos los metales  no ferrosos abandonados pueden ser reciclados. Aunque en sí la gran mayoría si pueden serlo, hay que tener un criterio. 

Ya sea para su reciclaje o para su disposición y uso final, los metales no ferrosos se clasifican por su densidad y su peso (prácticamente sinónimos). Generalmente, se manejan tres categorías. 

  • Metales de alta densidad: tienen una densidad de 5kg/dm3. Aquí encontramos el estaño y el cobalto.
  • Metales de densidad media, o metales no ferrosos ligeros: manejan densidades entre 2 y 5kg/dm3. Acá hablamos de metales como el aluminio y el titanio
  • Metales no ferrosos ultraligeros: tienen densidades inferiores a 2kg/dm3. El más conocido de todos es el magnesio.

Teniendo en cuentas esas divisiones es que se va a poder aplicar el mejor procedimiento de reciclado. Cada uno de estos metales necesita una temperatura distinta para fundirse. Una vez determinado el metal no ferroso que va a reciclarse, comienzan las acciones destinadas a su reapropiación y modificación final.

El proceso de reciclaje de metales no ferrosos, e incluso de otros metales, tiene varios procesos, pero para simplificar todo podemos decir que consta de tres grandes etapas. 

Separación, Segmentación y Selección en el proceso de reciclaje de metales no ferrosos

Cuando ya se sabe el metal con el que se va a trabajar, los profesionales de la planta deben realizar una separación de las distintas clases de metales no ferrosos entre sí y de otros materiales susceptibles de ser recuperados (plástico, papel…). Recordemos que estamos trabajando con chatarra y que las piezas no llegan al centro de reciclado en un estado fácil de manipular. 

Para hacer que este sea un trabajo rápido, entran en juego unas máquinas llamadas fragmentadoras. Estás máquinas operan unos tambores magnéticos giratorios los cuales ayudan a filtrar y separar a los metales no férricos de los férricos.

Igualmente hay otros métodos un poco más novedosos: también se emplean unos sofisticados mecanismos que transmiten corrientes eléctricas, otros que separan disparando corrientes de aire a alta presión y hay otros que generan la división mediante un sistema que arma corrientes de líquidos viscosos que separan a los metales. Estos mecanismos de división han llegado al punto tal que son capaces, no solo de dividir los distintos tipos de metales, sino de separar a los de buena calidad de los malos.

Cizallar y embalar

Esta es la etapa en la que se fragmenta y corta a la chatarra en pedazos más manejables. Los dispositivos más comunes son los cortadores de agua, debido a la precisión que manejan y a que pueden programarse, logrando así reducir al mínimo el porcentaje de pérdida. Las cortadoras hidráulicas dividen a la chatarra en pequeños bloques maleables y fáciles de transportar. 

Fundición

Una vez divididos en pedazos pequeños, los metales no ferrosos recuperados son introducidos en en hornos enormes, diseñados específicamente para sostener los altos grados centígrados, en los que son sometidos a las temperaturas respectivas que necesitan para fundirse, sin llegar a volverse un líquido del todo. Cuando se alcanza la fundición exacta, los metales derretidos se vierten en moldes adecuados a la forma que la planta industrial se especialice en hacer. En el caso de Aymet, estos moldes posteriormente se transformaran en planchas de metal, tubos, o en otros materiales que cada vez son más variados.

Lo interesante de la reutilización de las chatarras no férricas es que se pueden reciclar sin generar daños notorios en sus propiedades originales. Además son tan versátiles que pueden tener tantos usos como posibilidades de combinar estos metales existen.

Aymet: Reciclado de metales no ferrosos de última generación

En Aymet trabajamos en función de sacarle el mayor provecho a los materiales de construcción. Por eso, desarrollamos procesos de reciclaje con base en los materiales que ya no te sirven y que has descartado. Nosotros realizamos el proceso de reciclaje y proveemos metales con las mismas propiedades que los recién sacados de una planta. Somos expertos en metales y en plásticos y manejamos procesos de reciclaje de avanzada. Tenemos los insumos que necesitás y manejamos distintos mecanismos de producción. 

Si querés saber más sobre nuestros productos y servicios, ¡no dudes en comunicarte con los expertos que tenemos a tu disposición!